El año que está transcurriendo
puede ser un desastre para el resto del mundo, pero, para quien está en las
manos de Dios, cada año es una bendición. El creyente que entiende los
principios de Dios y le conoce, sabe que le puede sacar bendición a la
mismísima maldición; el creyente se goza y se alegra al saber que, a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. ¡No hay mal año para aquel que
ama a Dios, porque todas las cosas le ayudan a bien! Transita este año
diciéndole: Señor, yo estoy agradecido, no puedo estar en mejores manos. ¡Qué
dichoso que soy porque todo lo que me ha sucedido y lo que sucederá será para
bien. ¡gloria a Dios!
Este año no es mejor que el anterior pero tú lo transitarás creyendo que ningún mal prosperará y por todo lo malo que venga, Dios te enviará bienes, porque a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien. "Padre, yo bendigo a tu pueblo en esta hora y te pido que obres soberanamente sobre aquellos que han abierto hoy su corazón a tu palabra. ¡Derrama sobre ellos tu Espíritu, tu presencia y tu gracia! ¡Nos gozamos por transitar cada año contigo! ¡Te bendecimos y te honramos Dios Todopoderoso y bendito! Te amamos y te glorificamos, en el nombre de Jesús, amén”.
Por: Nora Elena Palacio
Pastora
Principal
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