DEVOCIONAL
¨El cristiano se
enriquece con la memoria de sus grandes experiencias espirituales. Pero debe
tener cuidado que esas queridas memorias del pasado no se conviertan en el
substituto al desafío de vivir santamente ahora¨.
Como aprendimos la
salvación es un proceso continuo, algo viviente, fluido y en formación, y
aunque recordar nuestras victorias o esos gloriosos momentos vividos en la
presencia del Señor nos enriquecen y nos motivan a seguir creyendo y
perseverando, debemos tener claro que quedarnos en esas memorias es hacer de la
salvación un hecho del pasado cuando en realidad la salvación pertenece al
momento presente: ¨Ahora es el día de salvación¨.
Entonces ¿Qué
diremos?.... ¿está mal recordar esas grandes experiencias espirituales y dar
gracias a Dios por ellas?..... Por supuesto que no, por mi parte doy gracias a
Dios en todo momento, primero, por haberse revelado a mi vida y mostrarme el
camino que debo seguir y segundo por todas las victorias que me ha dado y
oraciones que me ha contestado, pienso que es parte de ser agradecida no
olvidarlo. Pero lo que haya vivido por más grandioso que haya sido no puede
substituir el hecho de que cada día debo esforzarme por vivir conforme a la
voluntad de Dios, conforme a su Palabra es decir vivir santamente, buscar tener
cada día de mi vida nuevas experiencias
con mi Señor, nuevas victorias y nuevos testimonios que dar, porque es parte de
la naturaleza de nuestro Dios hacer cosas nuevas cada día, y cada día sus
misericordias son nuevas, Lamentaciones 3: 22-23 ¨Por la misericordia de Jehová
no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23
Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad¨.
Debo esforzarme por
ser una cristiana que vive de victoria en victoria y de triunfo en triunfo
conforme al propósito de Dios.
Como conclusión puedo
decir que las grandes experiencias espirituales son de bendición cuando las
utilizamos para enriquecer nuestra vida cristiana, pero pueden volverse en
nuestra contra cuando solo vivimos de lo que ya pasó y no nos preocupamos por
el ahora.
Por:Nancy del Rio
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