El ahora es el tiempo de salvación,
no solo ahora es el momento propicio para aceptar a Cristo, sino que la única salvación
que tiene validez y significado es la que tenemos momento a momento.
Debemos andar conforme al espíritu y no a la carne.
Debemos andar conforme al espíritu y no a la carne.
Al nacer de nuevo es necesario que vivamos sin condenación.
El verdadero nacimiento que se debe celebrar es el día que aceptamos a Cristo como nuestro salvador. Debemos tener presente el día mes y año de nuestra conversión.
Debemos arrodillarnos para recibir el perdón por la sangre derramada de Cristo. Este es el objetivo de la cruz.
El hombre que toma su cruz seriamente es el hombre más feliz del mundo. Su vida ha sido transformada, a aprendido el secreto de morar en Cristo.
la salvación que se mantiene en el gozo es aquella que depende solo de Cristo, crucificado y resucitado. Cristo viviendo dentro de nosotros y nosotros viviendo en él.asi preservamos ese brillo con Cristo en nuestro corazón.
-debemos examinarnos nuestras relaciones con los demás basada en rectitud y amor.
-devolver lo que es del otro.
-corregir las malas impresiones que hemos causado.
Cumplir las promesas que hemos hecho tanto a los hombres como a Dios.
Cuidarnos de esas pequeñas zorras que estropean las viñas de una limpia conciencia.
Como cristianos debemos llevar vidas transparentes en todo.
Cuando la cruz se hace real en nuestro corazón, para crucifixión de todos los pecados que nos derrotan, experimentamos el poder de la resurrección del Cristo viviente en una salvación ahora llena de gozo y victoria.
Debemos tener una vida devocional, orar a dios y saber que él nos oye en cualquier lugar y momento. No hacer devocional a la ligera.
Podemos empezar el devocional con una lectura bíblica para concentrar nuestros pensamientos.
La vida devocional debe ser una delicia desde el principio y debe convertirse en una disciplina.
Debo dar testimonio de mi vida cristiana, testificar es compartir las grandes cosas que hace dios en nuestras vidas.
Dios se ocupa hasta de los más pequeños detalles y a veces no nos damos cuenta de ello.
Debemos dar gracias a dios por todo, por el día, por el sol, por la vivienda, por el alimento, por nuestra familia, por nuestros dones y talentos, por la vida amén
Por: Mònica Giraldo
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